Invirtamos hoy en la investigación estudiantil para transformar el Perú de mañana.

Por: Patricia Gil Kodaka

Vicerrectora de investigación

Universidad Nacional Agraria La Molina

En un país que enfrenta desafíos estructurales en su economía, medio ambiente, salud y desarrollo social, la investigación científica emerge como motor esencial para una transformación impostergable. Esta no puede quedar relegada a las etapas finales de la formación profesional ni depender solo de talentos ya consolidados. Urge sembrar la pasión por la indagación desde las aulas universitarias, dotando a los jóvenes con recursos para convertir ideas en conocimiento útil para el país. En esta línea, la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM) demuestra su compromiso con la formación y la investigación al lanzar dos importantes convocatorias de financiamiento: una para proyectos de investigación formativa estudiantil y otra para tesis de titulación profesional.

El Vicerrectorado de Investigación de la UNALM ha implementado dos iniciativas estratégicas: la XVIII Convocatoria de Subvenciones para Tesis de Pregrado y la XIV Convocatoria para Semilleros de Investigación. Estas convocatorias ofrecen un respaldo financiero de S/ 7,500 para tesis y hasta S/ 3,500 para semilleros, encarnando la visión institucional de fomentar la investigación desde el pregrado como motor para un Perú más justo, competitivo y sostenible.

El valor de estas convocatorias reside en su enfoque integral. Al fomentar la colaboración interdisciplinaria y promover proyectos con impacto tangible —a través de sus Institutos Regionales de Desarrollo (IRD)—, la UNALM cultiva una cultura científica sensible a las necesidades reales del país. Esta es una invitación a desterrar la investigación aislada, para sumergirse en el corazón de los campos, bosques, comunidades y entornos urbanos marginales.

Aunque el respaldo económico es un catalizador —especialmente para quienes deben costear tesis o traslados a zonas remotas— la chispa de la investigación requiere determinación. La vocación científica se siembra, pero florece con estímulos constantes. Una universidad que apuesta por la investigación debe generar espacios donde el cuestionamiento y la creatividad sean valorados.

Estas convocatorias invitan a reflexionar sobre el rol que podrían desempeñar el Ministerio de Educación y el Ministerio de Economía en la promoción de la investigación estudiantil dentro de las universidades públicas. Sería valioso explorar, de manera conjunta, nuevas vías que amplíen las oportunidades de innovación, experimentación y aporte al conocimiento desde el pregrado.

La respuesta debe ser unívoca: invertir en la investigación estudiantil no es un gasto, sino una apuesta estratégica por el futuro del país. Un país que no explora su realidad repite sus errores. Y una sociedad que subestima a su juventud, se priva de su propia renovación.